Desde SMART NUTRITION queremos hablaros en esta ocasión de las diferencias existentes entre todo este tipo de suplementos de proteína y si pueden estar indicados o no según las circunstancias de cada persona.
A día de hoy cada vez son más los alimentos y productos enriquecidos en proteína, y ya no solo se limita la toma adicional de este macronutriente a los famosos botes enormes de colorines, antiguamente destinados exclusivamente a la gente “fuerte” del gimnasio. Hoy en día, la toma de proteína en polvo se ha normalizado, y ya cada vez hay menos mitos entorno a su ingesta. De todas formas, en el artículo de hoy, nos vamos a asegurar de despejar todas aquellas cuestiones que puedan generar todavía algo de confusión.
Origen de la proteína en polvo
En primer lugar, tenemos que saber que el origen de la proteína en polvo puede ser animal o vegetal. Diferenciándolas, si nos centramos en las de origen animal, podemos decir que existen dos tipos de proteína de origen lácteo (la famosa proteína whey o de suero de leche; y la caseína), existiendo también proteínas de huevo, de carne e incluso de insectos. Por otra parte, en cuanto a proteínas de origen vegetal encontramos comúnmente a la proteína de soja, aunque también podemos ver proteínas de cáñamo, guisante, arroz, garbanzo… Y mezclas entre ellas. Sin entrar mucho en detalle, generalmente la proteína de suero de leche/whey va a ser la que presenta un mejor perfil de aminoácidos y digestibilidad, aunque cómo mencionamos, existen multitud de alternativas a valorar en función de intolerancias, aspectos éticos, preferencias, coste…
Proteína whey o de suero de leche
Nos vamos a centrar en la proteína whey o de suero de leche, al ser la más comercializada y la que más dudas puede generar. En primer lugar, debemos saber que es un producto obtenido a partir de del queso. Tras la adición de cuajo a la leche con el objetivo de coagularla, y durante los siguientes procesos de elaboración del queso, va quedando un sobrante llamado "lactosuero".
Este producto en un comienzo se desechaba, incluso llegando a ser un problema por ser un contaminante medioambiental. Sin embargo, a día de hoy, este suero rico en vitaminas, minerales, grasas, lactosa... se reutiliza y emplea en la fabricación de la proteína whey. Tras distintos procesamientos tecnológicos se llega finalmente a una última etapa de secado, de donde finalmente se obtiene esta proteína en polvo.
Este polvo es empaquetado por las grandes empresas de fabricación de proteína whey en sacos de 20 kg quedando listo para vender a los distintos laboratorios envasadores que pueden actuar como intermediarios con las marcas de suplementos o a las propias empresas de suplementación que cuentan con laboratorios envasadores donde terminan de formular su proteína whey, añadiendo los aditivos que consideren necesarios para conseguir el producto final.
Y no solo existe un tipo de proteína whey en el mercado, podemos encontrar los siguientes tres tipos:
Concentrados de proteína whey
La forma más barata de proteína whey. Normalmente contienen un 70-80% de proteína acompañada con pequeñas cantidades de carbohidratos y grasas.
Aislados de proteína whey
Más costosas, derivado del proceso de filtración al que son sometidas para incrementar el contenido proteico (Normalmente, 90% del peso de producto). Mínimas cantidades de carbohidratos y grasas. Tiene muy poca lactosa y suelen sentar bien incluso a intolerantes.
Hidrolizados de proteína whey
La forma más cara en cuanto a precio. Con el procesamiento se pretende romper la proteína intacta de concentrados y aislados en pequeñas cadenas de péptidos, argumentando ser así una proteína pre - digerida de más rápida absorción y fácil asimilación. Tenemos que saber que existen hidrolizados de concentrados e hidrolizados de aislados, aunque es más común verlos de aislados.
Quizá sea interesante tener más en cuenta este formato en casos de problemas intestinales o intolerancias, asumiendo un mayor coste y peor sabor de esta proteína de manera general.
Por lo tanto, ya sabemos que todas no son iguales, incluso dentro de la misma materia prima como sería el suero de leche/whey. Ahora bien,
¿Cuándo puede ser interesante implementarlas en la alimentación?
Bueno, en primer lugar, debemos saber que, a través de alimentos como la carne, pescado, huevos, legumbres o lácteos, entre otros, estaremos aportando proteína a nuestra alimentación diaria. Si con el consumo de estos alimentos nos resulta fácil llegar a las necesidades proteicas diarias recomendadas para nuestro objetivo (seamos o no deportistas), no es para nada necesario incluir suplementación de proteína en polvo.
Ahora bien, hay personas que ya sea porque tengan unos requerimientos muy elevados, o por comodidad y facilidad de empleo, pueden beneficiarse del consumo de este suplemento. Como siempre será importante la individualización.
Lo que debemos saber es que, para ganar masa muscular, la síntesis de proteína debe ser superior a la degradación proteica, promoviendo así un balance neto de proteínas positivo. Por lo tanto, y sin entrar mucho más en detalles, la ingesta total de proteína que se ingiere a lo largo del día será un factor crucial. En el próximo artículo hablaremos sobre timing y cantidades recomendadas de manera más concreta y la manera de leer el etiquetado para escoger una proteína de la mejor calidad y que no te den gato por liebre. ¡No te lo pierdas!
Desde SMART NUTRITION te podemos ayudar a estructurar tu alimentación en base a tus necesidades y objetivos. Individualizamos al máximo tu alimentación. No dudes en reservar una sesión presencial (Madrid) u Online con nosotros a través de nuestra página web.
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